El estrés capilar y la caída del cabello

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El estrés físico o emocional tiene repercusiones en todo tu cuerpo y es una de las razones por las que notas que tu cabello se cae más de lo normal. Te damos las claves para frenarlo y combatirlo.

Destacados:

  • El estrés y la pérdida del cabello no tienen por qué ser permanentes. Si controlas el estrés, el cabello puede volver a crecer.
  • Haz de la alimentación tu gran aliada y practica ejercicios de relajación

Hace tiempo que notas que se te cae el pelo más de lo habitual. No estamos en ningún cambio estacional y, sin embargo, cuando te peinas dejas el cepillo lleno de mechones entre sus dientes y cada vez que barres, te quedas anonadada de la cantidad de cabello que se lleva la escoba por delante, de la ducha ni hablamos… Te das cuenta de que esto no es lo normal y enseguida te preguntas con preocupación a qué se debe y te plantes si te volverá a crecer. No sufras, esta situación es mucho más común y habitual de lo que parece y lo más probable es que estés pasando por una situación de estrés.

El ritmo frenético que llevamos y los intentos de conciliar nuestra vida personal con la profesional, han hecho que el estrés sea algo común en nuestras vidas, y, ahora, además, tenemos otro factor causante de tensión añadida con la pandemia que ha provocado el Covid19. Sólo con este último factor, que se ha sumado a nuestro día a día, es suficiente para que el pelo comience a caer.

También es cierto que la caída de cabello no estacional puede producirse por otros motivos como, por ejemplo, una alimentación no adecuada, la carencia de nutrientes esenciales o la falta de descanso y sueño, pero cada vez es mayor el caso de personas que se les empiezan a caer el cabello de una forma inesperada debido a desajustes emocionales, preocupaciones excesivas o por estar sometidos constantemente a situaciones de presión o estrés. Y esto no solo afecta a la caída de cabello, sino a la salud en general.

Observar el estado de tu cabello puede darte una pista de cuál es tu nivel de estrés y de cómo este le está pasando factura a tu organismo. A continuación te indicamos las consecuencias que el estrés puede causar a tu cabello:

Consecuencias del estrés en el cabello

  • Caída puntual de cabello
  • Alopecia
  • Moisturization
  • Aceleración de la aparición de canas
  • Pérdida de brillo en el cabello y, como consecuencia, un pelo mate y opaco
  • Pérdida de volumen
  • Pérdida de vitalidad: tu cabello se vuelve triste, como sin vida

Para detectar cual es el problema y ponerle solución, lo primero que tienes que hacer es descartar que no se trate de otro tipo de problema. A continuación, te explicamos las probabilidades que hay para que descartes y puedas poner solución a tu problema.

Los tres tipos de pérdida del cabello que pueden asociarse con altos niveles de estrés son:

Efluvio telogénico. En el efluvio telogénico, un estrés significativo empuja grandes cantidades de folículos de cabello a una fase de descanso. Dentro de unos pocos meses, el cabello afectado puede caerse súbitamente cuando simplemente te peinas o te lavas el pelo.

Tricotilomanía. La tricotilomanía es un impulso irresistible de arrancarte el pelo del cuero cabelludo, las cejas, u otras áreas del cuerpo. Arrancarse el cabello puede ser una forma de afrontar sensaciones negativas o desagradables, como el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.

Alopecia areata. Hay una variedad de factores que se piensa causan la alopecia areata, y posiblemente incluyen el estrés grave. Con alopecia areata, el sistema inmunitario ataca los folículos capilares, lo que causa la pérdida del cabello.

Es importante destacar que el estrés y la pérdida del cabello no tienen por qué ser permanentes. Si controlas el estrés, el cabello puede volver a crecer.

Aquí te dejamos 6 consejos para reducir el impacto del estrés crónico en general y la caída de tu cabello en particular

Haz de la alimentación tu gran aliada

Evita los alimentos que potencian los estados de ansiedad y estrés como el café o el alcohol, el exceso de azúcar y refinados, y alimentos procesados. Por otro lado, aumenta la ingesta de alimentos ricos en potasio o magnesio y apuesta por una dieta rica en frutas, verduras y cereales para asegurarte el aporte de nutrientes esenciales. Todo ello no solo fortalecerá tu cabello, sino que mejorará tu salud general.

Pásate a la respiración consciente

Busca un momento del día para realizar unas 10 respiraciones conscientes

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